“El 18 de abril de 1911, verificándose un embargo en el pueblo de Canillas de Aceituno (Málaga). Excitados los ánimos, grupos de vecinos armados dirigiéndose al agente ejecutivo que huyó refugiándose en la casa-cuartel, donde entraron violentamente, dieron un golpe en la cabeza al guardia de puertas, dejándole sin sentido, y mientras unos sujetaban fuertemente al Cabo Francisco Puertas, otros le dispararon ocasionándole 16 heridas de postas, algunas de ellas muy graves.
Quedaba sólo en el piso superior el Guardia primero Andrés Lupiánez Casas; la otra pareja de la dotación se hallaba de servicio de correrías. Inmediatamente el Guardia Lupiánez, desde la escalera, hizo fuego desalojando a los amotinados del portal, que quedó libre.
Con una sangre fría y serenidad dignas del mayor elogio, confió a dos mujeres el cuidado de los heridos, y a las demás con algún niño, les hizo atrancar ventanas y puertas, situándolos después de vigilantes en diversos sitios y tomando todas las medidas encaminadas a la defensa, y concentrando las municiones de los demás junto a la puerta principal.
Iniciado el ataque se resistió valientemente, sin que pudieran entrar los revoltosos, a quienes causó unas 20 bajas entre muertos y heridos. Sólo en la puerta del cuartel se contaron más de 60 impactos de bala. Se le ascendió a Cabo, comunicándose las órdenes por telégrafo.”
Sigue leyendo «DEL DEBER Y DEL VALOR»